viernes, 16 de septiembre de 2011

#7: “Una segunda vida para ser felices”

Me desperté en un lugar lleno de árboles y montañas. Llevaba poca ropa, pero no sentía frió. De todas maneras, decidí ponerme un abrigo, alguno que combinara con mi nuevo color de cabello.
Caminé mucho esa tarde, no había personas conocidas, solo rostros con la mirada perdida, nadie me era familiar. Me habían lastimado mucho en el pasado, conocer gente nueva no estaba en mis planes.
Cuando comenzaba a resignarme a la soledad, alguien me saludó. Hablábamos el mismo idioma y teníamos gustos en común. El sol ya no nos iluminaba, un manto de estrellas hizo brillar nuestros rostros, nuestros alegres y perfectos rostros. Una interesante y sutil charla, fue suficiente para saber que él era lo que yo necesitaba.
Viajamos mucho juntos, bailamos en los lugares más extraordinarios del mundo. Nuestras charlas eran sublimes y únicas, él era mi cable a tierra, la solución a mis problemas. Lo que siempre me gustó de él, era la simpleza para sorprenderme con algo nuevo cada día, con él nunca sabias en donde ibas a terminar la noche.
Amanecía, estábamos abrazados junto a un fogón, y entre charla y charla se nos ocurrió poner un bar. Nos reímos, lo creímos imposible, pero finalmente los números cerraron y decidimos llevar adelante el proyecto. Era la excusa perfecta para compartir más tiempo juntos. La idea era tener un lugar para sentirnos cómodos, para ser nosotros mismos, para dejar de lado los personajes y redescubrirnos como personas.
Y así fue, tuvimos lo que queríamos, cada día apostábamos mas a eso, éramos nosotros jugando a ser nosotros mismos, nada nos hacia mal, atrás quedaban los problemas y las preocupaciones diarias.
Seguimos la vida juntos, despertándonos en lugares soñados, teletransportándonos a los rincones más maravillosos que la vida ofrecía. Creíamos que era un sueño, pero no, era real y todo nos era posible.
Con el tiempo, entendimos que esto era una segunda oportunidad, una segunda vida que se nos presentaba frente a los ojos, no había que desaprovecharla. Fuimos felices, vivimos cosas imposibles de describir, nada podía salir mal sí estábamos juntos.

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