lunes, 22 de enero de 2018

#18: "Lunes"

Lunes.
Me levanté sobresaltada, estaba transpirando y mi corazón quería salirse del pecho. Había soñado otra vez con él, con su sonrisa y con sus lágrimas en mi sillón. Observé la habitación y no lograba reconocerla, aunque sabía que era la mía. Me sentí ajena, me sentí desprotegida y me sentí sola.
Volví a cerrar los ojos para encontrarme de nuevo en ese sueño y poder cambiar las cosas, pero no, ya era tarde y tenía que comenzar mi rutina de todos los días.
Mientras me duchaba rápidamente con agua fría, armaba imágenes en mi mente, conectaba sensaciones e intentaba musicalizar todo perfectamente. La música siempre me calma.
Me sequé el pelo con una toalla húmeda, me cambié y me senté a tomar mi café tibio de todas las mañanas. Hoy había unas tostadas quemadas que decidí no comer. Me puse unos zapatos que encontré por ahí, había estado caminando por el pasillo descalza y ni cuenta me di.
Aire libre, cielo gris, brisa cálida de verano, caminé un poco esquivando algunas caras conocidas y se largó a llover, aunque los fantasmas y las voces seguían ahí latentes, intenté apagar mi pasado.
Se cumplían 5 años de esa noche en el rio, de esa noche donde me llevó a caminar, me regaló una golosina y me declaró su amor. Esa noche donde fuimos adultos decidiendo, escapando, transgrediendo y eligiendo ser. Cómo olvidar esa manta que escondió en la mochila para que yo no sintiera frio, de esas copas y ese vino blanco tan dulce. Después de 5 años nada vuelve a ser igual que antes, aunque todo se esfume y se pierda en nuevos rumbos, la ventana sigue mostrando lo mismo que ayer.
¿Acaso hay que conformarse con pequeños momentos de felicidad en nuestra vida? ¿Acaso la vida se alimenta de mínimos episodios configurados estratégicamente para darnos felicidad e inmediatamente tristeza? ¿Es el destino el encargado de sorprendernos y marcarnos el camino? ¿Es él el único responsable de que mi vida sea así cada día?
No quiero seguir soñando lo mismo, no quiero verlo reír y después llorar, me duele que esté cerca sin hacer nada, me encanta que esté y me visite los viernes, aunque los domingos también me gustaría que lo haga.
Cómo la vida se conjuga en contradicciones y sensaciones visionarias y hasta mágicas, llenas de ideas, de idealizaciones y de pocas cosas sin hacer.
Sigue lloviendo y yo camino, pienso, reflexiono y le hablo en mis pensamientos.
Trato de imaginar su voz, sus movimientos y como ponía la boca cuando algo no le gustaba. El perfume que decidió hacer tan suyo y marcarlo en mi cuerpo, la suavidad de su cuello, su risa tan particular. Extraño, pero no tanto, confío y pienso que es lo mejor. Aunque me sigue molestando el silencio y las ausencias, las distancias y los imposibles, no queda mas que aclarar sentimientos, planear, hacer, realizar, activar y rehacer. Repetición, rutina, círculo, todo tiene que ver con esto.
Ya no llueve más, pero estoy empapada, creo que son mis lágrimas las que hacen tiritar mi cuerpo, ese cuerpo que buscar un poco de dolor profundo, dolor como la máxima sensación de contención que alguien me puede dar en este lunes tan oscuro.
Comienza a sonar esa canción, una que me gusta y que él no sabe que me gusta. Ojalá supiera que esa canción me hace recordarlo y que siempre que la escucho me transportó, divago, exploro y desconecto.
Ojalá que los próximos 5 años los sueños sean menos recurrentes y que mi terapeuta pueda darme el alta. Ojalá sepa todo lo que pasé y lo que pasó.
Ya es tarde, las luces se van apagando y pronto es hora de tomar esa linda pastillita rosa que hace que las voces se apaguen, las imágenes desaparezcan y el contador de los recuerdos vuelva a cero.
Algunos gritos nocturnos invaden mis oídos, pero me tranquilizo al comprobar que son de mi compañero de habitación, se ve que hoy no tuvo un buen día con su doctor. Espero que mañana todo sea calma, aunque dependerá del día y de la medicación que me toque tomar.
La enfermera nos apaga la luz, comprueba que las correas que atan mis muñecas estén bien firmes y se va. Cierro los ojos y todo comienza de nuevo otra vez.
Martes.

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